PROBLEMAS DE ANSIEDAD
Cuando nos referimos a problema de ansiedad, hacemos referencia a todos aquellos trastornos que afectan a la persona que los sufre tiene una respuesta de miedo intenso, preocupación e inquietud que suele ir acompañada de sintomatología física y que conlleva una limitación en su día a día para poder llevar una vida normal.
Los problemas de ansiedad los podemos clasificar en diferentes tipos:
Es un estado de ansiedad y preocupación excesivas ante una amplia gama de acontecimientos, difícil de controlar y que suele provocar inquietud, fatiga, dificultad en la concentración, irritabilidad, tensión muscular y alteraciones del sueño. Mediante la terapia proporcionamos a la persona herramientas para que pueda controlar las creencias irracionales que le llevan a este estado de ansiedad continuo y estrategias para controlar los síntomas.
La persona sufre continuamente de ataques de pánico inesperados, permanentemente inquieta ante la posibilidad de tener más crisis, preocupándose por sus implicaciones y consecuencias, como perder el control, sufrir un infarto o ‘volverse loco’, y un cambio significativo del comportamiento relacionado con los ataques. Conocer los pensamientos y situaciones que nos llevan a estas crisis, permite que el paciente pueda aprender a controlarlos y a tener un mejor manejo de la sintomatología, recobrando una vida normalizada y una buena gestión de las emociones.
Entendemos por ataque de pánico la aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos:
- Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca.
- Sudoración.
- Temblores o sacudidas.
- Sensación de ahogo o falta de aliento.
- Sensación de atragantarse.
- Opresión o malestar torácico.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Inestabilidad, mareo o sensación de desmayo.
- Desrealización (sensación de irrealidad) o Despersonalización (estar separado de uno mismo).
- Miedo a perder el control o volverse loco.
- Miedo a morir.
- Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
- Escalofríos o sofocaciones
La terapia va a permitir que el paciente tenga un mayor control de su sintomatología así cómo de los pensamientos que le llevan a tener esos ataques de pánico, y pueda controlar la aparición de los mismos hasta su total desaparición. Que el paciente disponga del máximo de herramientas cognitivas, emocionales y conductuales harán que su calidad de vida aumente y no se fea afectada por los ataques de pánico
Es un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos como animales, precipicios, inyecciones, que provoca una respuesta inmediata de ansiedad.
Nuestro trabajo como terapeutas es poder proporcionar a los pacientes diversas herramientas para que estas fobias no les condicionen en su día a día, ya que en muchas ocasiones interfieren de manera muy intensa y ven su vida limitada. Entender las creencias irracionales que han ocasionado la fobia y disputarlas de manera cognitiva, emocional y conductual permitirá que el paciente tenga un control de la fobia y pueda combatirla.
Es la aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil (o embarazoso) o donde, en el caso de aparecer una crisis de angustia inesperada o más o menos relacionada con una situación, o bien síntomas similares a la angustia, puede no disponerse de ayuda. Los temores suelen estar relacionados con situaciones concretas que se evitan, como estar solo fuera de casa, mezclarse con gente o hacer cola, pasar por un puente o viajar en autobús, tren o coche.
Es un trastorno muy invalidante porque en muchas ocasiones hace que el paciente no quiera salir de casa, y por lo tanto, no pueda seguir con su vida normal y cotidiana. En otros casos, puede ser la evitación de ir a determinados sitios o siempre acompañado/a por lo que le limita su capacidad de movimiento y depende de los demás, así como una imposibilidad, total o parcial, del desarrollo personal y social.
Para garantizar un bienestar personal y emocional necesitaremos que la terapia le proporcione los recursos necesarios a la persona para así poder hacer frente a estas dificultades y que la persona no se vea aislada y privada de su día a día normalizado.
Es un temor a las situaciones sociales o actuaciones en público, a actuar de modo humillante o vergonzoso, o a mostrar síntomas de ansiedad. El paciente evita a toda costa estas situaciones, generando un aislamiento en su vida y un muy bajo contacto social. También le puede conllevar sentimientos de aislamiento.
Gracias a la terapia cuestionaremos las creencias irracionales que el paciente tiene al exponerse socialmente y podremos, de esta manera, conseguir el objetivo del paciente al venir a consulta, que es poder normalizar su vida y la relación con los demás.
Muchas personas padecen el llamado Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes, que la persona sabe que son producto de su mente e intenta ignorar o suprimir sin conseguirlo. Las compulsiones son los comportamientos repetitivos que la persona se ve obligada a hacer como respuesta a su obsesión.
Cuando ocurre esto, los pacientes se ven claramente afectados en su día a día ya que las obsesiones les condicionan sus pensamientos continuamente, sin poder sacarse la idea de la cabeza, y las compulsiones ocupan un espacio y una necesidad de realizarlas que interfieren en sus quehaceres diarios y la relación con lo demás.
Cuando el paciente con TOC acude a consulta, suele buscar una manera de poder controlar estos pensamientos para no estar todo el día “pensando en lo mismo”. Mediante técnicas de control de pensamiento, debate, herramientas conductuales y emocionales conseguiremos que los pacientes vayan adquiriendo un control sobre la obsesión y la interferencia no le limite.
En muchas ocasiones, es necesario una intervención combinada de psicoterapia y farmacología para poder controlar el TOC.