Ser madre es una de las experiencias más transformadoras de la vida, pero también una de las más exigentes a nivel emocional. A menudo, llegamos a la maternidad cargadas de expectativas poco realistas que chocan con la realidad del día a día, generando frustración, culpa o sensación de no estar a la altura.
Desde la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) entendemos que no son los hechos los que nos generan malestar, sino las creencias que tenemos sobre esos hechos. Y la maternidad, como proceso vital intensamente emocional, está llena de esas creencias que merece la pena revisar.
Expectativas ideales vs. realidad cotidiana
Algunas ideas que muchas mujeres llevan consigo al convertirse en madres:
- “Tengo que ser feliz todo el tiempo.”
- “Si me equivoco, es que no soy buena madre.”
- “Una madre tiene que poder con todo.”
Estas creencias, aunque comunes, generan una autoexigencia insostenible que termina afectando la salud emocional. En la realidad:
- No todas las madres sienten conexión emocional inmediata con su bebé.
- La crianza no tiene una fórmula perfecta ni universal.
- Cometer errores no te hace menos madre, te hace humana.
La TREC como herramienta para revisar nuestras creencias
La TREC nos ofrece recursos para identificar, cuestionar y transformar estas creencias rígidas que tanto daño pueden hacernos.
1. Identificar las creencias irracionales
Uno de los primeros pasos es detectar frases internas del tipo “debería”, “nunca”, “no puedo permitirme…”, y preguntarnos:
- ¿Esta creencia es realista?
- ¿Me ayuda o me hace sentir peor?
- ¿Hay otra manera de ver esta situación?
Ejemplo:
- “Nunca debería perder la paciencia con mis hijos.” → Reformulación: “A veces puedo sentirme sobrepasada, y eso no me convierte en una mala madre.”
2. Sustituir por pensamientos más compasivos y funcionales
La clave está en crear un diálogo interno más amable y útil. Algunas ideas:
- “Estoy haciendo lo mejor que puedo con las herramientas que tengo.”
- “Pedir ayuda también es una forma de cuidar a mi familia.”
- “Mi valor como madre no depende de hacerlo todo perfecto, sino de estar presente.”
Aceptar la realidad con amor y flexibilidad
La maternidad no es sinónimo de perfección. Es un camino lleno de aprendizaje, errores, momentos de luz y también de sombra. Desde la TREC, trabajamos para soltar la autoexigencia, poner en duda las creencias dañinas y fomentar una visión más realista, compasiva y ajustada de lo que significa ser madre.
Conclusión
Las expectativas irreales pueden convertirse en una fuente constante de malestar durante la maternidad. Por eso, desde TREC Psicología, te invitamos a revisar tus creencias, practicar la autocompasión y permitirte vivir esta etapa desde la calma y la autenticidad. Ser madre no se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo con amor, presencia y humanidad.