PROBLEMAS PSICOSOMÁTICOS
Los problemas psicosomáticos vienen a referirse a la manifestación corporal de problemas o conflictos psicológicos y pueden ser:
Existe una historia de múltiples síntomas físicos, que empieza antes de los 30 años, persiste durante varios años y obliga a la búsqueda de atención médica o provoca un deterioro significativo social, laboral, o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Los problemas físicos suelen darse en diversas áreas del cuerpo y sus manifestaciones son muy variadas, sin poder recurrir a una solución médica para tratarlo.
Cuando el paciente se encuentra con problema de somatización suele presentar mucho malestar personal y social, porque no se siente comprendido por el entorno, acusándolo de mentiroso en muchos casos, lo que le lleva a aislarse y a tener sentimientos de rabia hacia el entorno.
Se hará necesario un proceso de terapia integral para poder entender el funcionamiento del paciente, el origen del malestar físico y poder realizar una correcta gestión emocional que permita al paciente tener un mayor autocontrol de su cuerpo y de sus emociones. Todo ello le llevará a poder ir recuperando poco a poco, la calidad de vida así como también la rutina diaria que le permita un correcto desarrollo personal.
El síntoma principal del cuadro clínico es el dolor localizado en una o más zonas del cuerpo, de suficiente gravedad como para merecer atención médica.El dolor provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
El síntoma o déficit no es simulado ni producido intencionadamente (a diferencia de lo que ocurre en la simulación y en el trastorno facticio).
Se estima que los factores psicológicos desempeñan un papel importante en el inicio, la gravedad, la exacerbación o la persistencia del dolor. Y es por ello que acudir a consulta es muy necesario en estos casos, porque además del tratamiento médico al que esté sometido el paciente, poder proporcionarle estrategias para el manejo del estrés, herramientas para una buena gestión emocional y espacio para poder hablar del malestar que le genera y de cómo está afectando a su vida. El acompañamiento terapéutico permitirá que el paciente no se sienta solo, y que se esté realizando un trabajo integral (coordinado muchas veces con los médicos) para mejorar su bienestar en todas las dimensiones (modelo bio-psico-social).
Preocupación por algún defecto imaginado del aspecto físico o cuando hay leves anomalías físicas, la preocupación del individuo es excesiva.
La preocupación provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. En estos casos la terapia permite al paciente poder detectar los pensamientos irracionales que le llevan a su malestar y poderlos combatir para así, gestionarlos mejor y poder volver a tener una buena calidad de vida, y unas relaciones satisfactorias tanto con el entorno como consigo mismo.